lunes, 19 de mayo de 2008

La violencia, el racismo y el progreso contemporáneo

La violencia, sin duda alguna, es un tema que nos provoca a todos. Pero más provocador aún es el libro de Hannah Arendt, On Violence. Esta publicación que analiza las definiciones de los conceptos, poder, violencia, progreso, racismo y la importancia del bien común versus el individual puede ser tan honesta al punto de resultar antipática. ¿Pero a quién le gusta una honestidad que nos hiere?

Uno de los temas más vulnerables y que Arendt toca sin sutilezas, es el racismo, en el cual explora el concepto del racismo revertido. Al parecer son los mismos afro-estadounidenses quienes necesitan ese racismo que resulta en el sentimiento de culpa de los blancos. El hincapié hecho por los mismos afro-estadounidenses sobre su discrimanación fortalece el poder de éstos, ya que desarman al blanco caucásico con la carga moral y un sentimiento de culpa heredado de una generación que está muriendo.

Una porción de los afro-estadounidences se martirizan y segregan a sí mismos con revistas tales como Ebony, el canal de televisión BET, y al burlarse de la falta de capacidad de un blanco para convertirse en performer de música urbana, cuando por el contrario, deberían sentirse orgullosos que su música, su cultura y la belleza estética de sus cuerpos seducen a todas las culturas de todos los colores y sabores que habitan la Tierra.

En el tema del progreso, Arendt da justo en el clavo, cuando asevera que nuestra definición de progreso es lo que nos está llevando a nuestra ruina. Al menos los gobiernos democráticos tratan de complacer las necesidades individuales de los seres humanos. Lograr esta meta siempre va a entrar en conflicto con el bienestar común. Pues los gobiernos, al enfocarse en necesidades de cada individuo, son negligentes al no permitirle a cada uno luchar por su supervivencia. Son negligentes al no darle importancia al bien común porque como bien dice Arendt (1970) la comunidad permanecerá, pero al individuo sólo le espera la muerte. "There is a first of all the simple fact that the general future of mankind has nothing to offer to individual life, whose only certain future is death."(Arendt, 1970, pág.27) Parte de la personalidad individualista de los ciudadanos de democracias es tener sus 15 minutos de fama y tratar de buscar maneras de mejorar el mundo. Básicamente nos pregunta en términos filosóficos ¿Por qué mejorar lo que no se ha roto? Si se han creado unos sistemas políticos que funcionan ¿ Por qué continuar haciendo cambios? Sencillo, existe una necesidad de protagonismo individual que nada tiene que ver con alcanzar el bienestar común. Es el síndrome griego de dejar nuestro nombre en un párrafo de la historia.

Un ejemplo muy reciente de un intento exitoso de la búsqueda del protagonismo en los medios fue la protesta insulza e irracional que llevó a cabo el Frente Socialista, de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico(UPR), durante el debate de los candidatos a la gobernación Anibal Acevedo Vilá, candidato por el Partido Popular Democrático; Rogelio Figueroa, candidato por el Partido Puertorriqueños por Puerto Rico (PPP) y Edwin Irizarry Mora, aspirante por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) (menos Luis Fortuño, candidato por el Partido Nuevo Progresista quien declinó la invitación), organizado por la Asociación de Estudiantes de Periodismo (APEP) de la UPR y que se llevó a cabo en el Teatro de dicha institución. La protesta duró dos minutos. Sin embargo, una vez más, Don Espectáculo recibió el destaque y las primeras planas de nuestra prensa local al día siguiente.

Es más fácil esconderse detrás del nombre de una organización y el bullicio, a dar la cara frente a frente al candidato, decir su nombre en el micrófono, y hacer el reclamo. ¿Por qué estudiantes arruinan un foro creado por estudiantes para beneficio del Pueblo? Un foro abierto para que el Frente Socialista dijera lo que tuviesen que decir como seres civiles que reclaman ser.

La violencia es sin duda alguna la acción del cobarde que conoce sus debilidades intelectuales y que probablemente ni siquiera sabe qué le molesta, por qué le molesta y cómo traducirlo al lenguaje. Sucumbe a la violencia porque tiene un capricho cuya utilidad no puede justificar racionalmente. Así grita a los gobernantes "¡Corruptos!", repitiendo, como el papagayo, el titular de una nota periodística cuyo cuerpo se refiere a otra idea. Este es el típico texto mediático producto de la anti-ética periodística y el que quiere ser protagonista de la historia se lo traga sin más ni más. Para luego autoproclamarse héroe de la Patria con pancartas inverosímiles.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Gazing through Delano's Lens

This note was previously published by The San Juan Star on February 4th, 2008. The published version has a few changes. This is the unedited version.

In a section of the book Puerto Rico Mío, its author, the photographer, painter, musician, and composer, Jack Delano, mentions the story about a fourteen-year-old boy who writes from El Paso, Texas, asking him for his autograph. Delano answers the boy’s letter, and asks him “What is it that you like about the Farm Security Administration’s (FSA) pictures?” The boy replied, “I like the pictures because they make ordinary people important”.

Jack Delano, Russian born and raised in Pennsylvania, United States, started working as a photographer for the Photography Program of the FSA in 1940. The FSA was created in 1935 as part of the New Deal to battle rural poverty. Jack and Irene Delano came to Puerto Rico for the first time in 1941 to photograph the depressed areas of Puerto Rico. Even when the FSA ceased its work in 1944, the Delanos continued their labor. They came back to Puerto Rico in 1979 and not only did they capture images that a few people thought were important, he also composed two songs performed for the first time by El Coro de Niños de San Juan, and published four books.

A genius is one who can see what everybody else ignores, and translates it into a representation that the rest of us can see through his or her gaze. Just as Auguste Renoir saw beauty in the everyday routine of the French aristocracy of the 19th century, Jack Delano could see the beauty and value of the workers and the average Puerto Ricans that inhabited this Island from 1941 until 1989. That is the value of documentary photography; it might not be news, but it will become an invaluable item when the represented scenes become unimaginable.

One could say that the foreigner’s eye finds something new everywhere it lays its gaze upon, but Jack Delano and his wife Irene, kept documenting Puerto Rico’s daily life even when they established themselves in Puerto Rico, in 1979. There is a beauty that goes beyond the scenes captured by Delano’s lens which is the reaction evoked by seeing what everything in this Island used to be. The tractor replaced the ox and the young faces are no longer concealed by the severity of a life in which those who did not work did not eat. Sometimes, it is just delightfully surprising to see that some places are left untouched.

It was a courageous move every time Irene Delano had to ask for permission to intrude in people’s lives just to freeze that moment in time. However, there is a lot of humility in the simple fact that the Delanos found a humble face, a woman cooking in her rugged wooden kitchen, and workers eating their lunch worthy of their lens. Jack and Irene Delano taught us that the sight of workers fixing the road, the landscapes we see on the countryside, children on their way from school, and the façade of the local bakery can become a treasure for generations to come.

martes, 13 de mayo de 2008

Violencia: vitamina para los nervios

Ayer tomé mi primera clase del curso "Violencia y carne", que ofrece la Universidad del Sagrado Corazón a nivel graduado. Es la primera clase en el tiempo que llevo tomando mis cursos de maestría que es tan activa y que me siento intimidada por mis compañeros. Hubo un comentario, de un compañero, de quien no recuerdo su nombre, que comentó que todo aquello que trata de romper con el status quo de una sociedad en particular es lo que gesta violencia. En ese momento pensé que ya no había más de que hablar en la clase. Me pareció casi una Ley, ya que las leyes se convierten en lo que son después de ser sometidas a pruebas una y otra vez. Y decir que la violencia es causada por todo aquéllo que amenaza con establecer nuevas normas (no importa cuan indefenso parezca) es una aseveración que la historia misma ha probado.

Antes de haber leído Ante el dolor de los demás (Regarding the pain of others), de Susan Sontag, me cuestionaba el uso de imágenes violentas en los medios de comunicación y luego de leerlo, más empecé a cuestionarlo. Pero, después de haber estado cuatro años en el ejército, dos de esos años en Irak, un año entero entrenando sólo para ir al Medio Oriente y parte de ese tiempo alejada de mi hija de menos de un año de nacida, decidí alejarme de todo aquéllo que fuese violento. Tomé esta desición, no sólo dizque por mi bienestar, pero pensé que era lo más saludable para mis hijos. Ahora mismo me cuestiono si fue una desición inteligente.

Sin duda alguna vivimos en una sociedad violenta. Han muerto menos de 100 puertorriqueños en la guerra en Irak que empezó en 2003, y en la Isla, el número de muertes violentas ya sobrepasa los 300 y apenas estamos en mayo. Así que la falta de sensibilidad a la violencia parece ser una necesidad para aguantar las noticias que nos llegan todos los días.
Mi estrategia de alejarme de todo aquéllo que contenga violencia, sólo me ha convertido en un ser débil que ni siquiera puede soportar las imágenes y la información que nos llegan sobre la tragedia que acaba de ocurrir en China. Las imágenes de padres buscando socorro para sus hijos es suficiente para desgarrarme y no querer leer una sola palabra más sobre ese terremoto.
Lo difícil de enajenarse de este tipo de información es que no es fácil volver a endurecerse. Una vez que se pierden las defensas no es fácil volver a adquirirlas, porque ver imágenes de dolor se convierte en una tortura . Pero es una necesidad, aunque me pregunto si estos visuales, no importa cuán morbosas sean pueden preparar a un sujeto para el dolor real.