lunes, 28 de abril de 2008

La desinformación lacera la democracia

“En Puerto Rico, no hay ningún déficit, el déficit está en el bolsillo de los políticos”. Estas fueron las palabras de una dama en una cafetería con respecto al tema de los arbitrios. Estas palabras cerraron todo el espacio para el debate y la discusión. A mi entender, la dama no estaba proponiendo soluciones alternas al problema del déficit, sólo especuló que el arbitrio es un capricho de los políticos para echarse más dinero al bolsillo y no para resolver un problema, porque no hay un problema que resolver. Ella estaba ajena a un dato que lleva cubriéndose en los medios de comunicación de nuestra Isla hace más de un año y con una periodicidad, prácticamente, diaria; que en Puerto Rico hay un déficit de $1.5 billones y una deuda de $39 billones.
Ciudadanos como esta dama ejercen su derecho de escoger a los legisladores y gobernantes que rigen nuestra Isla. En Puerto Rico nos jactamos de que el 81.57 por ciento de los votantes inscritos participa en las elecciones generales, comparado con un 55.3 por ciento de la participación en las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Sin embargo, este año, se demostró que no se necesita un porcentaje alto de votantes en la ciudadanía para hacer una diferencia y un cambio en el gobierno. El pueblo estadounidense dejó saber a través del sufragio que hacía falta un cambio, cuando el Partido Demócrata ganó tanto la Cámara, como el Senado. No hicieron huelgas, no paralizaron el gobierno y no rodearon la Casa Blanca, simplemente votaron.
¿De qué nos vale que más de un 80 por ciento de los puertorriqueños voten si no saben por quién están votando o no tienen una perspectiva crítica de lo que está ocurriendo en el país? ¿Acaso no es mejor que vote una minoría bien informada a que voten muchos por el simple hecho de ejercer su derecho al sufragio? Nos quejamos de que los políticos son unos corruptos y de que ya es tiempo de limpiar la casa, pero somos nosotros quienes les devolvemos el empleo a los mismos políticos cada vez que votamos. No nos damos cuenta de que tenemos el poder de limpiar la casa democráticamente.
La ignorancia y la desinformación de la ciudadanía facilitan la opresión por parte de los gobernantes. Ya es tiempo que los puertorriqueños comencemos a ejercer nuestros derechos democráticos responsablemente, tomando decisiones bien informadas para el bienestar común.

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