lunes, 28 de abril de 2008

La información como víctima de la guerra


La limitada información a la que los periodistas anexados a las fuerzas militares tienen acceso, por razones de seguridad nacional; el miedo de los ciudadanos a ser fuentes informativas y luego convertirse en objetos de represalias; el constante peligro en el que se encuentran los periodistas que pisan suelo iraquí y el espectáculo en que se ha transmutado este conflicto convierten a "la información en una víctima de la guerra en Irak", aseguró la periodista italiana Giuliana Sgrena, en la pasada conferencia de prensa celebrada en el Anfiteatro A-1 de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana (UIA), en Hato Rey.
Sgrena estuvo de visita en Puerto Rico para participar en el foro público "La prensa en Irak: una víctima más", copatrocinado por el Centro para la Libertad de Prensa en Puerto Rico y la Universidad Interamericana, en conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el jueves 3 de mayo. El mismo se llevó a cabo en el Teatro de la Facultad de Derecho de la UIA.
Según Sgrena, corresponsal del periódico, Il Manisfesto,en Roma, Italia, "no tenemos más noticias sobre Irak." La información está limitada al conteo de víctimas sin rostro, que a fin de cuentas, ni siquiera presenta cifras certeras. "No hay nadie que se atreva ir a la calle y hablar con la gente de Irak, de Bagdad u otras ciudades de Irak, porque es imposible…porque existen grupos que no quieren que se den testimonios." Encima de ésto, aquellas personas que están dispuestas a dar sus testimonios ofrecen aseveraciones parcializadas, cuyo propósito es lograr la difusión de las ideas de un grupo particular.
Desde 1991, lo que vemos en los medios sobre la guerra es, según Sgrena, "un espectáculo". Las imágenes recibidas por las fuerzas multinacionales presentaban solamente "los aviones que iban y bombardeaban, pero nunca se veía el efecto, qué pasaba, quiénes eran las víctimas." Según Sgrena, ésto sentó un precedente de dar la impresión de que "se podía hacer una guerra quirúrgica", una guerra limpia con víctimas invisibles. La actitud de los medios de información también se vio afectada por la manera en que se empezaron a manejar los conflictos. Los medios solían enviar a los periodistas más experimentados capaces de desarrollar preguntas que pusieran en tela de juicio todas las partes que componían las guerras. Sin embargo, "desde 1991 los medios de información decidieron enviar gente que no conocía nada del sitio, pero que sabían contar las cosas muy bien", expresó Sgrena.
La percepción que los medios de comunicación han inculcado en la audiencia sobre la insurgencia también se ha visto afectada como consecuencia de los limitados recursos disponibles para crear información. Giuliana, quien es también una conocedora muy ilustrada en temas del Medio Oriente hace una distinción en lo que indistintamente se difunde en los medios como insurgencia. Estas dos categorías son, resistencia y terrorismo. "La resistencia son los grupos que quieren la liberación de Irak. El terrorismo tiene otra estrategia, otro objetivo, que es combatir el 'jihad' contra los infieles" afirmó Sgrena.
La experiencia de su secuestro y la impunidad de aquéllos que le infligieron profundo dolor a ella y a otros, ha traido consigo la frustración de saber que recopilar información en Irak es un caso perdido. Sin embargo, Sgrena se rehúsa a callar y propone que las reglas de combate en Irak sean enmendadas y se encuentren responsables cuando existen daños colaterales. A pesar de los sinsabores, el periodismo es la pasión de Sgrena. Aunque no ha vuelto a cubrir la guerra en Irak, sigue reportando desde el frente de batalla y nunca se arrepintió de fiscalizar en lugar de aquéllos que no pueden, porque "sólo el que tiene armas es el que tiene voz. "
Sgrena es una tenaz opositora de la invasión en Irak y dirigía el enfoque de sus noticias en Irak al quehacer cotidiano de los civiles en la guerra. Ya había visitado siete veces Irak antes de su secuestro, de 28 días, en dicho país, evento que le dio renombre a esta corresponsal. Es autora del libro, Friendly Fire, traducido en siete idiomas y es una activa feminista y pacifista. Como feminista, aboga por los derechos de las mujeres en países, tales como Afganistán e Irak, donde a éstas no se les han reconocido unos derechos que le corresponden.

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